El daño
celular causado por los radicales libres, los cuales pueden dañar partes
importantes de las células como las membranas lipídicas, proteínas y el ADN, se
ha relacionado principalmente con la formación de las placas de ateroma, que
son las causantes de la aterosclerosis, enfermedad que posteriormente puede conllevar
a problemas cardiovasculares. Se ha observado que el consumo moderado de vino
tinto es considerado benéfico en patologías cardiovasculares, por lo que se
podría considerar como una alternativa para la prevención de estas patologías.
Actualmente se ha
desarrollado un amplio número de estudios en modelos experimentales y humanos que
avalan el efecto benéfico del vino1, principalmente, es el vino
tinto el que posee una rica cantidad de antioxidantes llamados ácidos fenólicos
y polifenoles2, los cuales producen un efecto benéfico para nuestra
salud. Estos compuestos son un grupo de sustancias químicas caracterizadas por
la presencia de más de un grupo fenólico por molécula, los que poseen la
capacidad de estabilizar de mejor manera el electrón desapareado presente en
los radicales libres, con lo que disminuiría su reactividad y la posibilidad de
que generen especies mutagénicas.
Por otro lado estos
polifenoles ayudan a evitar la oxidación de las lipoproteínas LDL cuando hay un
daño en el endotelio de las arterias2. Esta disminución de la
LDL-oxidada ayuda a evitar la formación de la placa de ateroma, debido a que la
LDL-oxidada, es la principal causante de la aterosclerosis. Esta enfermedad en
etapas más avanzadas puede llegar a producir una trombosis y con esto, el
desarrollo de enfermedades cardiovasculares como la isquemia de miembros,
angina inestable o el infarto agudo al miocardio.
Sin embargo, es conocido
que el consumo de alcohol etílico, otro de los componentes presentes en el
vino, puede llegar a producir muchos problemas más que beneficios, entre los
que podemos destacar el aumento de la grasa abdominal y la cirrosis hepática como
los principales problemas por su consumo excesivo3. Si bien estos
problemas son una realidad, no se ha observado que el consumo moderado produzca
estos problemas, ya que para que ocurran, se necesita una cantidad excesiva,
superior a los 300 mL diarios que son recomendados para el efecto benéfico
antes mencionado4.
El vino tinto
contiene diversos componentes entre los cuales, los polifenoles son de los más
importantes en la regulación del estrés oxidativo. Estos componentes ayudan a
evitar la formación de radicales libres y la oxidación de las lipoproteínas
LDL, y con esto evitar la formación de especies reactivas que pueden tener un
alto potencial mutagénico y la formación de las placas de ateroma, las que
pueden ser causantes de los problemas cardiovasculares, por lo que el consumo
moderado del vino puede ser una alternativa
para ayudar a evitar estas patologías.
Referencias
(1) Covas M., Gambert P., Fitó M.
Wine and oxidative stress: Up-to-date evidence of the effects of moderate wine
consumption on oxidative damage in humans. 2010, 208; p.297-304.
(2) Ivanov V., Carr A., Frei B. Red
wine antioxidants bind to human lipoproteins and protect them from metal
Ion-dependent and independent oxidation. 2001, 49; p.4442-4449.
(3) Harris DR., Gonin R., Alter HJ. The
relationship of acute transfusion-associated hepatitis to the development of
cirrhosis in the presence of alcohol abuse. 2001, 134; p.120-124.
(4) Pérez D., Strobel P., Foncea R.,
Díez M., Vásquez L. Wine diet, antioxidant
defenses, and oxidative damage. 2002, 957; p. 136-145.